Ilusión sin Compartir
Y siempre el miedo de volver a tropezar. De hacerlo mal otra vez. Aunque ahora ya se muchas cosas que antes no sabía. Pero en el momento decisivo estoy yo solo. Desnudo. No tengo nada. Ni un pensamiento. Y, tampoco se encontrar un pedazo de amor en este saco de razonamientos abstrusos. Miedo porque sé que la duda me alcanza antes que me haya decidido. Pero ni siquiera avanzo un paso para empezar. Me quedo antes, absorto, en no se si pensamientos o más dudas. Y si por alguna razón me atrevo... sólo consigo torcer y retorcer mis deseos para al fin poder proyectarlo como la baba de un catatónico. Cómo no sentirse ridículo, y cómo no, evito llegar siempre a ese momento. Y malherido me vuelvo a mi prisión de pensamientos para observar con melancolía esa ilusión que se apoderó de mi. Y que no ha llegado nunca a ser compartida.
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